Guía para enseñar finanzas a los niños.





Si bien es cierto, la infancia esta para disfrutarla, también es el mejor momento en que debemos enseñarles como interactuar con el mundo que nos rodea.


Enseñarles finanzas personales a los más pequeños no es tarea fácil, y menos aún si este tema resulta difícil incluso para nosotros. Muchas veces no le damos la importancia necesaria y dejamos estos asuntos para cuando sean mayores pensando que ya habrá tiempo de ocuparse de esas cosas.


Podemos destacar dos etapas por donde podemos comenzar:


Primera etapa: Los principios y conceptos.


Lo primero es enseñarle al niño que existe el dinero, como se genera y para que sirve. Se debe enseñar al niño dependiendo de su edad y mejor si se comienza lo más temprano posible.


Por ejemplo: cuando vamos a comprar algo podemos darle el billete al niño para que  él  participe de la transacción, pero es importante que sea un billete o una moneda y no una tarjeta porque así aprende a manejar el dinero de forma tangible y le será más fácil asimilarlo.


Segunda etapa: Las estrategias para ponerlo en práctica.


Aquí nos vamos a focalizar en que experimente en carne propia el ciclo del dinero: Esto es desde que ingresa a su vida, las decisiones que debe tomar y como soluciona sus gastos e incorporar el concepto del ahorro.


-          Formas de recaudar.


El niño puede obtener el dinero ya sea a través de regalos, una mesada periódica o un pago por algún trabajo realizado e incluso pueden ser ganancias por algún emprendimiento que haya hecho.


Si se paga por una tarea es importante que no sea por las tareas que ya hace o que deberían hacer como parte del grupo familiar; por ejemplo, no se le debe pagar por lavarse los dientes, por ordenar su habitación o arreglar su cama. Tienen que ser tareas opcionales donde él pueda elegir si las quiere hacer o no, en estos casos es recomendable que el pago se haga semanal. Al ser plazos cortos de tiempo será más fácil para el niño palpar la recompensa por el trabajo realizado y se sentirá incentivado a seguir haciéndolo.


-           Para que recauda dinero: Gasto o ahorro.


El siguiente paso es determinar para que está reuniendo el dinero, debe definir si es para ahorro o comprar algo específico.


Aprender a priorizar: El niño debe aprender a identificar que es importante y que es prescindible. Los más pequeños deben aprender a administrar el dinero conociendo la diferencia entre lo que se quiere y lo que se necesita.


Una vez que tenga su propio dinero, es importante que aprenda a decidir que va a hacer con el y aquí es donde vamos a incorporar el concepto del ahorro, y a partir de este punto se creará el hábito. Si se acostumbran a separar una parte de sus ganancias cuando crezca lo va a seguir haciendo. 



-          Gestionar su propio dinero.


Es importante que todo ahorro tenga su propósito, que haya una meta de ahorro. Estos objetivos deben ser a corto plazo, esto le dará la motivación que necesita para seguir ahorrando.


Los incentivos del ahorro pueden jugar un papel muy importante a la hora de evitar frustraciones y desánimos. Un método muy efectivo es gratificar con un pequeño “pago extra” por su constancia al alcanzar cierta cantidad; Pero, debemos ser consecuente y no comprarle nosotros porque a él se le acabo el dinero. Eso es contraproducente. Esta es una regla de oro.


El niño debe participar activamente en la compra del objetivo así podrá aprender la evolución del proceso y se sentirá motivado. 


Conclusión:


Es importante el mensaje que les transmitimos a los más pequeños, de esto dependerá como lo perciban en el futuro: ¿es un asunto de estrés y agobio? O las finanzas se convertirán en una gestión de control, superación y libertad.


Deben aprender a identificar: Que quieren, Cuanto dinero necesitan, Cuanto tiempo tardarán en logarlo; y, participar activamente en el proceso de la compra.


Debemos recordarles que el tema de dinero debe ir acompañado de valores como son: la honestidad, la transparencia y la generosidad.

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